sábado, julio 02, 2016

Preemergencia ambiental

Santiago cubierto de smog
Hace una semana, y me arriesgaría a decir que más, que estamos TODOS LOS MALDITOS DÍAS con "Preemergencia ambiental". Todas las mañanas la ciudad despierta cubierta por una pasta, mezcla de neblina (?) y smog. El aire es pesado, las enfermedades respiratorias empiezan a afectar a niños y ancianos, los ciclistas tenemos que agregar mascarillas a nuestro pedalear diario.

¿De quién es la culpa?
¿FuenteOvejuna? ¿El gobierno? ¿La cota mil que enciende sus chimeneas a leña para paliar el frío?
En realidad el tema de la culpa, no es que me tenga sin cuidado, pero no sacamos nada buscando culpables, menos cuando teniendo culpables a la vista no se los sanciona (al parecer una usanza común a la que los gobiernos de turno nos empiezan a mal acostumbrar).
Lo que me molesta, sobretodo como ciclista, que aparte de no contaminar, no pagar patente (eso les duele a los motorizados), y que ha aprendido a disfrutar (?) del paisaje en cada viaje; es que todos reclaman y NADIE HACE NADA (o sin entrar en la semántica de la doble negación es afirmación, TODOS HACEN NADA).

Ejemplifico:
 "¡Oh! hay restricción vehicular (léase con tono y cara de asombro), pero no importa, salgo en mi otro auto que tiene una patente terminada en otro número."
Y la congestión es la misma, los tacos son los mismos, el humo es el mismo.

¿Han visto el número de pasajeros que viaja en cada vehículo? Lo invito a hacer el ejercicio, me arriesgo a que el 90% de los autos que circulan andan con un poto con ruedas al volante, sin pasajeros . El otro resto son algunas micros, muchos taxis (y digo MUCHOS). "¡Aaaaaah!, pero la solución a la congestión es la restricción vehicular..." (voy a pensar que si  alguien salió con ese brillante comentario es porque no leyó el 1er ejemplo).

El problema  de la congestión no se soluciona con restricción vehicular, se soluciona con menos vehículos en las pistas. No voy a irme por el lado de "mejorar el transporte público" en un país de mierda como Chile, donde el jaguar de Latinoamérica más parece gato de campo, es imposible mientras  existan generaciones que confunden  democracia con lo que voy a llamar "libertinaje anárquico caótico" (o Estado salvaje, donde los animalitos hacen lo que quieren), y donde hayan entidades que inconcientemente (?) confunden la protección de los derechos humanos con obstaculizar medidas de diciplina y orden.
Ejemplo: Un paco le pega un palo a un simio que está rompiendo un semáforo. Saltan las organizaciones de DDHH "Represión policial, pobre hombre sólo estaba ajustando la inclinación del semáforo." "El semáforo es una representación de un sistema  de represión, y este hombre, pobre víctima (sniff, penita), sólo manifestaba su libertad de expresión".

Podría seguir, pero vuelvo al tema. Menos autos en las calles, pistas menos congestionadas, menos smog, eficiencia en el transporte. Quizás no alcance a ser ni siquiera el 10% del problema, pero sumemos.
¿Han visto lo fácil que es conseguir un crédito automotriz? Ven que la ciudad está llena de autos, y las  propuestas son hasta por agrandar las carreteras ¡¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO?!  es como si los políticos que se encargan de estas decisiones tuvieran caca en la cabeza, una consecuencia natural de una mayoría electora que parece que también tiene caca en la cabeza.
¡¡¡Aaaaagh, me da rabia!!!

Menos autos, frenar lo ridículamente fácil que es comprar un auto, aplicar multas a quienes circulan con el auto vacío.
Llega a ser  tonto, pero si usted maneja un auto, ¿se le ha ocurrido que si lleva más gente puede hasta pagar menos combustible, repartiendo los costos? "Es que me da miedo que se suba cualquiera a mi auto, la gente está tan mala" Recuerde que Ud. decide quien se sube a su auto.

Y sobre las multas, ¿se imagina cuanto se puede recaudar, y de eso cuanto podría destinar el Gobierno a fines razonables? Se crea conciencia (porque si duele el bolsillo, lo mínimo es aprender alguna lección), y el Gobierno recibe  ingresos desde  un origen distinto a los impuestos. ¿Bonito no? Y los colaterales, vías más despejadas, menos gasto de combustible, mayor ahorro, eficiencia en el transporte.

Seguramente a alguien ya se le ocurrió todo esto, pero el costo político es tan alto (ni siquiera costo social, aquí todo se trata de intereses políticos), que es mucho más fácil decretar Preemergencia ambiental, subir los números de restricción, y que todo siga exactamente igual, pero que parezca que estamos (como gobierno) haciendo algo tomando "medidas eficientes".