viernes, abril 17, 2009

Empatía vs El perro del hortelano

Cuando era niño recuerdo que en una ocasión mi madre me dió a elegir entre quedarme dibujando en la casa y salir con ella. Iluso decidí quedarme dibujando. Resumamos los dolorosos recuerdos en que en ese momento querer seguir mi propio camino fue mala idea.

Hoy quiero hacer la diferencia entre Empatía y fomentar lo que voy a denominar el Síndrome de Gregorio Casas.
Empatía acorde a la RAE es:
empatía.

1. f. Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro.

Gregorio Casas es un médico televisivo que tiene un problema (entre varios), tiende a traspasar su incapacidad para ser feliz a sus prójimos, ie: dado que el no es feliz, nadie a su alrededor puede serlo.
El perro del hortelano es más o menos lo mismo, no come ni deja comer.

Entonces ¿qué pasa con la empatía? En mi caso, el nivel de empatía se reduce a "Pucha que pena/lata/lástima/penca ¿puedo ayudarte con eso?" Y si no puedo ofrecer otra ayuda que no sea poner mi hombro y servir de apoyo sería (y dense con una piedra en el pecho).
Si, ya lo se, no soy precisamente el ser más empático del universo. No soy partidario de los "Lloremos juntos", ni de los "Ayudándote a sentir", viejito: nadie puede ayudar a sentir a otro porque simplemente nadie está en sus zapatos, el mundo sigue girando y por doloroso que sea tenemos que seguir viviendo. Cada cual tiene suficientes dificultades por si mismo, en las vidas propias, como para compartir voluntariamente miserias ajenas. Si, ya se que suena crudo, sin anestesia y me hace parecer una persona fría, repugnante y no digna de la amistad/lástima/apoyo de nadie.

Si estás enfermo y puedo ayudarte lo haré, pero no esperes que me enferme contigo. Y lo más seguro es que exista una manera más cínica y políticamente correcta para decir exactamente mi mismo discurso sin quedar mal con nadie...

En fin, todo esto me recuerda que debo seguir mi terapia de mejoramiento de relaciones con unidades de carbono...

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