domingo, mayo 18, 2008

Filosofía de negocios: Open Source vs Closed Source


Me declaro públicamente un defensor, y es más, un evangelizador dela filosofía Open Source. No quiero pecar de idealista, pero me gusta la idea de no estar ligado a las licencias comerciales de software, de entrar en las entrañas del software, entender como funciona, encontrar sus errores y si es posible corregirlos. Aún soy feliz viendo código, aunque muchos dicen que esa magia se va con el tiempo.

También reconozco que hay software comercial que derechamente no tiene comparación, Adobe Dreamweaver por ejemplo, o el Nero Burning ROM. Por más que he buscado, y créanme que he buscado mucho, no hay, simplemente no hay software en formato Open Source que sea siquiera comparable, pero no vamos a entrar en discusiones sobre estas minucias.

Quiero hablar de la filosofía de negocios Open Source. Conversaba con mi jefe, quien también es partidario del Open Source, y de hecho lo ha adoptado como la línea de desarrollo de la empresa, y me planteó la siguiente pregunta: ¿Cómo hacemos que el Open Source nos dé de comer? o en resumen ¿Cómo haces plata con el Open Source?

Partamos con lo básico:
  1. Open Source NO es lo mismo que gratis. Hay tiempo y esfuerzo, y casi siempre no menores, involucrados en el desarrollo de las herramientas Open Source. Bien se pueden distribuir gratuitamente, por definición el código debe ser abierto (aunque hay una sútil salvedad a la que espero poder referirme pronto), pero no hay restricciones para cobrar por ello.
  2. Si tienes las fuentes puedes modificarlas. Obviamente involucra también contar con los recursos (humanos, tecnológicos y de conocimiento) para hacerlo.
  3. Open Source NO es malo, NI deja al cliente sin soporte o con productos de mala calidad. El cliente si tiene que entender y estar claro en cuanto el punto 1. Claro que hay que reconocerlo, el Open Source no es malo, pero si puede ser feo (comparen las GUI de Open Office con Microsoft Office y háganse la idea).

Ejemplos:
  • Servidores web Apache, esos mismos que energizan su hosting.
  • PHP, lo mismo que lo anterior.
  • MySQL, la base de datos a la que se conectan sus páginas web.
  • Java, si señores, desde hace poco Java es Open Source.

Es mucho, pero la pregunta sigue ¿cómo haces dinero del Open Source?
Es cosa de ponerse creativo:
  1. Soporte: Si conoces las tripas sabes como funciona, si sabes como funciona puedes ayudar a quienes no saben, o atender sus inquietudes.
  2. Adaptación, mejoras y personalización: Ligado a lo anterior, mientras más sabes sobre como esta hecho un software más puedes saber sobre como dejarlo "exclusivamente" para un empresa, lo que puede ser desde una configuración exclusiva y particular, hasta nuevas funcionalidades.
  3. Integración: El grado de experticia y conocimiento puede facilitar la integración de sistemas propietarios con sistemas más abiertos, por ejemplo un ERP con la página web de la empresa.
  4. Desarrollo: Practicamente se autodefine (si tienen dudas pregunten).

Y si tengo una herramienta conceptualizada para ser abierta, ¿cómo haga para que me dé de comer?
Eso es más complicado, pero por ejemplo puedes ofrecer soporte, capacitaciones, extensión y personalización.

También está la modalidad de desarrollar una plataforma para plugins donde ofreces funcionalidades básicas, liberas la API para hacer desarrollos externos, y a la vez desarrollas plugins comerciales.

Siempre hay una manera, el problema son las barreras de entrada, y estas son absoluta y exclusivamente HUMANAS. Son las altas gerencias a quienes se les eriza la piel al escuchar el concepto Open Source. Mal acostumbradas por concepto errados basan sus decisiones sobre la lógica de "Mientras más caro el producto, la licencia, y el soporte, mejor debiera ser el servicio." Peor aún, dejan que las decisiones en materias de tecnología las tomen los comerciales, quienes normalmente no tienen idea del tema.

El "closed source" es una caja negra que hace lo que dice hacer (y probablemente muchas otras cosas que ignoramos, y que es preferible no saber), pero que precisamente por estar bajo esta filosofía cerrada te amarra a la compañía que lo genera. Si necesitas saber más probablemente haya que pagar demasiado, e irónicamente hay quienes están dispuestos a pagar.

Donde al menos a mi se me producen desajustes espirituales es cuando veo empresas que llevan el "open" en sus nombres adoptar prácticas que bordean la línea ética entre pasarse al lado oscuro o seguir siendo transparentes. Me pasa actualmente con un producto en particular que poco a ha empezado a mostrar el lobo bajo el traje de cordero, pero eso da para otro artículo.

Facebook


Hace una cantidad abismal de tiempo me resisti rotundamente a unirme a Facebook, ya que según yo es una cuestión igual de frívola que abrir un Fotolog. Finalmente cedí ante la ¿tentación? y me terminé uniendo, simplemente porque se abrió un grupo de la comunidad de uno de los foros donde participaba activamente (ahora sólo soy el ojo que mira, pero de manera silenciosa).

No les miento que no pasaron 20 minutos de estar registrado y ya me habían llegado 3 solicitudes de "amistad", de familiares y conocidos. No pasó un día y me mandaron como 10 posts en un bicharraco que se llama Super Wall, muchos forwards y un par de mensajes. Eso sin contar la cantidad de aplicaciones a las que me invitaron, de las cuales si con suerte mantengo menos de 1/3 es mucho.

No niego el potencial de la red social que se forma, una cantidad de contactos, ex-compañeros del colegio y de universidad con algunos de los cuales no tenía contacto desde hace más de 10 años. Una locura. Probablemente termine registrándome también en Linked in, Hi5 y probablemente otras redes sociales, es la condena de aquel que quiere estar encontrable en internet, es la condena voluntaria debo corregirme, de aquel que desea disponer de una buena red de contactos en caso de necesitarlos. Básicamente es la manera más barata de hacerse publicidad, aunque no por eso voy a poner una foto mia en topless mostrando las calugas que no tengo.

¿Y porqué todo esto? Sucede que me contactó un ex-compañero de colegio, del paralelo a mi curso, y me mandó una "encuesta" de que tan de mi colegio soy. Y es precisamente lo que mi hizo recordar el porqué no quise registrarme antes en Facebook, el dilema entre querer que todos sepan que estás en internet y a veces no querer ser encontrado.

Debe ser el clima...